17 junio 2014

Vacío y mentiras

Cayó el cielo sobre mí con aleatoriedad
a la vez que tu mano rozaba mi mejilla.
Me pareció notar calor pero era frialdad,
pudo parecer que mi mente me mentía
pero eran mis ojos los que te divinizaron
con crueldad, sin piedad y algo de alevosía.

Miré al cielo
y te pillé,
sobre mí tus alas
tapaban el sol,
pero los dos
sabíamos que
eran poco más
que mal cartón.

Tus labios me susurraron: hace buen tiempo hoy.
Yo debí estar dormido o tus ojos me hechizaron
pero solo escuché gritos que me hacían salivar
entre delirios que me arrebataron la razón.
De repente yo exploté por la chispa de un roce
y no paraba de repetirme: no hay vuelta atrás.

Miré abajo
y en la tierra
aleteaba
mi reflejo.
Me vi ahogado,
desesperado,
buscándote
y no eras tú.

Me cortaba la piel buscando torturarme,
abarrotaba mi cuello con gasolina
y otros  tantos malos trucos nemotécnicos
para intentar al menos por segundos olvidarte.
Perdí mis ojos, te miré con las cuencas vacías
y ahí me di cuenta: era yo quien me mentía.


1 comentario:

  1. Se te da mucho mejor la prosa que la lírica, pero aun así me parece que el poema es precioso y muy evocador. Una mezcla de melancolía y anhelo.

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