25 abril 2011

Historia de una noche accidentada

Fuera mueren las gotas
estrellándose contra el asfalto.
El cielo llora triste y oscuro,
la sonora lluvia cae hasta el fin de mi mundo.

Dentro el silencio come mi vida,
marchita, cual lince sin vista.
Duele pensar en lo que deseas ser
y quizás nunca serás.

En la estancia sellada se cuela
el viento. En mi interior
solamente miedo. Los sonidos
que no existen, en mi cabeza son
aterradores. A priori solo muebles
y restos de alcohol, desde mis ojos
asesinos y terror.
Hay una sombra a mi derecha,
algo punza mi nuca,
algo muerde mi pierna.
Abro los ojos, solamente veo vacío.
En la estancia reina el frío.
Dije: "Antes de que él me mate
lo haré yo".
Minutos más tarde mi cuerpo
yacía muerto y tranquilo.

¿Un asesino quizás?
No lo sé.
Lo único que sé con certeza
es que lo me mató fue mi cabeza.

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