11 septiembre 2011

Lamentaciones de un mediocre

No sé. Quizá soy demasiado enamoradizo; o quizá una sola palabra creada por tus labios es suficiente para enamorarme. La verdad es que no lo sé.  Puede ser que me precipite; o puede ser que una mirada de tus ojos sirva para eliminar todo resto de dudas. La verdad que no tengo ni idea. No sé de nada. Soy un ignorante existencial; solo sé que me tienes prendido, chiquilla, y no puedo evitar soñar cada vez que te veo, y no puedo evitar reventar por dentro cada vez que me omites, y no puedo evitar soñar con tus cabellos al viento. Desearía llevarte algún día a una ciudad con puerto al amanecer para poder ver como a la vez que sale el sol tú lo eclipsas con tu belleza digna de la Luna. Escribir esto no me solucionará nada, seguiré lamentándome por no decirte nada, por no compartir todo contigo, por verte a lo lejos y fingir que te olvido. Esto es una basura, es lo único que sé; del resto no se una puta mierda.

30 agosto 2011

La muerte del Guardián

Entre en mi casa tras salir a charlar con los amigos. Eran las tres de la madrugada. A los pocos pasos de entrar oí unos ruidos en la planta alta de mi casa. No me caracterizo por ser un hombre valiente, todo lo contrario, más bien se podría decir que soy un cobarde; no me avergüenzo de esto. Saqué mi móvil para llamar a alguien, pero no tenía batería; la había gastado toda enviando mensajes a una tía, maldita puta, chuparle el culo me podía costar caro. Me acerqué a la sala de estar, sin hacer ruido, con la intención de llegar al teléfono fijo. Llegué tras unos segundos mientras tanteaba mi entorno con las manos debido a la mala adaptación de mis ojos a la oscuridad y el hecho de no poder encender la luz para no delatar mi presencia. Cogí el teléfono para llamar cuando algo me hizo colgar. Ahí, encima de mi gran escritorio de madera tono arena de playa, estaba mi libro. El libro. El guardián entre el centeno. Estaba roto; jodidamente roto. Me enfurecí muchísimo, algo ardía en mi interior.
-¡Valiente hijo de puta! -grité con todas mis fuerzas-. Vas a morir como un maldito cerdo.
Rápidamente cogí mi navaja toledana y subí los escalones de tres en tres. Cuando llegué arriba abrí todas las luces para poder ver a ese cabrón. Lo encontré en el baño, buscando joyas en los cajones. Yo diría que pensaba que me estaba tirando un farol al gritar y solo quería asustarlo. Craso error, mediocre gilipollas. Ni me lo pensé y en cinco segundos ya lo había apuñalado. Ahora estaba en el suelo, agonizando; podría haberlo rematado, pero tuve una idea mejor. Me senté sobre la taza del váter y empecé a leerle el libro desde el principio hasta el final, como buenamente pude ya que las páginas estaban partidas, para que se diera cuenta del grave error que había cometido. Unas horas después terminé de leérselo.
-Y por esto vas a morir -dije-. Lo siento, criatura.

Algunos pensarán lo estúpido de mi reacción, pues hay muchos más libros de la misma editorial y fácilmente conseguibles. Pero no es así. Éste es uno de esos libros que cuando lo lees se convierte en único, tuyo, solo tuyo, y no se puede reemplazar.



Quiero pedir disculpas a toda la gente que ha entrado a este blog y no ha encontrado nada nuevo, no tengo excusa, pero la pereza es un enemigo muy duro en vacaciones.

25 julio 2011

Despedida del infierno

Era el día que tanto había esperado. Ahí estaba Rodrigo, el que un día fue un luchador por España y hoy en día es parte de la historia. Hoy era el día en el que saldría del infierno. Su pena ya estaba cumplida, pronto podría escoger  subir al cielo o reencarnarse en otra cosa al azar, perdiendo todos sus recuerdos. Quedaban 2 relojes de azufre para que saliera del infierno, en tiempo humano unos 20 minutos. Sus sesiones de tortura habían terminado y los 20 minutos que le quedaban eran para hacer lo que quisiese. Se despidió de su torturador, tanto tiempo y tantas maneras distintas de tortura los unieron. También se despidió de Cerberos, el fiel perro de Hades; que divertidas tardes de invierno a 120 grados pasaron juntos, asustando a los nuevos miembros del infierno. Por último se despidió de Hades, ésta fue la despedida más emotiva. Tras 200 años de torturas a Rodrigo se le permitió jugar partidas de ajedrez con el señor del infierno por cada sesión de tortura que pasara sin gritar ni gemir. El valeroso Cid aguantó más de una vez, lo que le permitió jugar con el grandioso Hades y entablar una curiosa amistado. Esta despedida estuvo marcada por las lágrimas.
Llegó el momento, debía partir. Avanzó 5 metros tras salir del averno. La temperatura bajaba. Allí había un simpático ser quien le preguntó al Cid que prefería, el cielo o la reencarnación. Pasaron unos segundos hasta que el Cid se dispuso a hablar.
-Siempre he sido un nostálgico. No me atrevería a ir al cielo, todo nuevo; tampoco a la tierra, olvidándolo todo, -suspiró- voy a volver al infierno, durante los últimos 600 años se ha convertido en mi hogar.
-¿Sabes que si vuelves deberás sufrir las torturas igualmente, no?
-Lo sé, en mi tierra se dice, más vale malo conocido que bueno por conocer. Además, aquí fuera hace frío.
El Cid recogió su espada del suelo y se fue hacía la puerta del infierno, espada en hombro y sonrisa en el rostro.

22 julio 2011

El placer de dormir

Tras una comida muy placentera
mueren las ganas, me invade el sopor,
entonces llega un asunto mayor,
entonces llega una siesta severa.

Entro en mi habitación, la cama
espera, lento me acerco, me acuesto.
Perfecto palacio mullido es esto,
gran ceporro es quien a la siesta no ama.

Ya sueño, ya con quien más amo vuelo,
Aquí no hay chascos, ni muerte, ni dolor.
Aquí río, las nubes son mi suelo.

Miro las flores de infinito color,
este gran paraíso es mi consuelo
cuando la vida me deja mal sabor.

18 julio 2011

Adiós eterno

Hoy ha sido el día más duro desde que nací. Ella ha muerto, se ha ido, y con ella, una parte de mí. Sangre de mi sangre, lo dio todo por mí y la quise incondicionalmente. La tristeza me comía a la misma velocidad que me acercaba al cementerio. Mi cabeza solo pensaba en ella; en el dolor de no poder volver a escucharla; en el miedo de despertar un día, dentro de mucho tiempo, y no recordar su rostro. Ahora estaba ahí, dentro de una caja de madera, donde descansará eternamente. Bajo la sombra del ciprés abracé a alguien que sentía mi mismo dolor, apoyó su cabeza en mi hombro y rodeo mi cintura con sus brazos, yo rodeé sus hombros con mis brazos y apoye mi cabeza sobre la suya. Ella empezó a llorar; yo, también; porque llorar es de hombres, de no guardarse nada dentro y mostrar que la quería. Mis lágrimas caían sobre su cabeza y las suyas sobre mis zapatos, ambos compartimos nuestro dolor en unos los peores minutos que he vivido.  Ahora solo queda continuar, ya no tengo miedo a olvidar su cara o su voz, porque una imagen y un sonido pueden desaparecer, pero en mi mente queda una persona que vivirá eternamente.

Adiós, abuela, adiós.

14 julio 2011

El mataviejos

La larga calle se extendía bajo el agobiante sol de verano. Eran las tres del mediodía así que no había nadie por la calle, solamente él. Caminaba con su mochila a hombros y gafas de sol oscuras tapando sus crueles ojos. No pensaba, solo caminaba inconscientemente hacia el destino que se había fijado. A menudo llevaba una gorra negra a conjunto con su camisa y sus pantalones, también negros. Su fama era pujante en todo el territorio nacional por sus múltiples asesinatos y su frialdad. Se caracterizaba por el asesinato de ancianos y su sangre fría; la prensa más sensacionalista ya le había bautizado con el sobrenombre de El Mataviejos. Su modus operandi constaba de tres fases, entrada en la vivienda sin forzar puertas o ventanas y sin que nadie se percate; asesinato despiadado de su presa, que se encuentra normalmente entre los 65 y los 80 años; dejar una nota informando de las razones del asesinato a la policía.
Dolores, viuda, setenta años, jubilada. Abre la puerta de su casa a la vez que se despide de la vecina con un último cotilleo. Entra a su casa y cierra la puerta. La casa está en silencio pero no vacía. La vieja camina por la casa mientras mentalmente critica a la vecina con la que hace cinco minutos estaba riendo. Deja las bolsas de la compra encima del banco de mármol y entra en la sala de estar. Todo parece calmado, solo hay una cosa extraña, la chimenea está encendida y es verano. Dolores se acerca a la chimenea, las llamas crujen, la oscuridad come a las llamas, tras Dolores un martillo le azota en la cabeza antes de que se dé cuenta.
Dolores despierta. Desde sus ojos ve a un hombre alto y fuerte calentando en el fuego una vara de hierro. Intenta gritar pero lleva una mordaza. Nota como su cuerpo está desnudo. 
-Dolores, Dolores, vas a pagar duro cada cotilleo. Podrás pensar que soy del PSOE y quiero aligerar las pensiones, podrás pensar que soy un maldito lunático, podrás pensar que esto es una broma, pero no es nada de eso. No te voy a negar que me divierto con esto, lo considero un bien para el mundo y disfruto haciéndolo, pero mi intención principal es eliminar a todos los viejos asquerosos y decrépitos de la faz de la tierra. Sois unos seres inmundos e inútiles que no merecéis vivir. Además, tú no eres una vieja normal, no solo das asco sino que también criticas a las espaldas, y por eso no solo te voy a matar, te voy a torturar.
Coge la barra ya caliente y se sitúa junto al débil cuerpo de la anciana. Acto seguido comienza con su tortura quemando el cuerpo de la vieja, una quemadura por cada cotilleo. Comienza a oler a barbacoa, la carne se agujerea sin que la vieja indefensa pueda hacer nada. Cuando la anciana ya no puede ni moverse, él dice: Dolores, ya has hecho honores a tu nombre, ahora toca lo bueno, ahora toca morir. Saca un puñar de su mochila, coloca a Dolores boca hacia arriba y con un corte limpio y profesional rasga su cuello y se lleva su vida. Luego le saca un ojo, lo mete en su bolsillo como trofeo, arregla la escena para la policía, llama para que vayan y se va. Cuando la policía llega ya no está, pero encima de la mesa hay una nota que dice:
Uno menos en el mundo, no hace falta que me deis las gracias por los favores que os estoy haciendo, ya llegará el día en el que yo mismo me haga viejo, ese día me devolveréis el favor matándome  de la manera más cruel jamás inventada.

08 julio 2011

La canción

Hacía calor. Entré en en centro comercial en busca de un oasis que me protegiera de la especie de averno que era el exterior. Caminé sin rumbo, viendo los escaparates llenos de carteles de rebajas. En el interior de las tiendas la gente gastaba y gastaba dándole fuerza a una estrategia tan antigua y simple como eficaz. Entré en una tienda con el único propósito  de curiosear, pero algo extraño pasó. La canción que estaba terminando cuando yo entré en la tienda había finalizado y había empezado otra. Las notas musicales esprintaron por el viento hasta inundar  toda la sala y, por consiguiente, acariciar mis orejas mientras suavemente penetraban por mis oídos provocándome el placer que precede a algo grande, algo que te hará disfrutar.  Y tras unos segundos instrumentales una voz comenzó la canción. Era una voz de mujer, mujer por decir que era del género femenino, porque mi juicio no la relacionó con algo humano, en ese momento desprecié mi ateísmo y me dispuse a rendir culto esa Diosa, ella sería mi divinidad y yo su eterno y fiel profeta. El tiempo pasaba y yo me aferraba a los segundos para que no se escaparan, no quería que esa canción terminara y estaba dispuesto a parar con mi vida todos los relojes del mundo. La voz iba formando su figura, cada palabra que salía de su boca me ayudaba a definir un nuevo rasgo de su cuerpo. Pies del 38, tobillos perfectos, poco a poco se definían unas piernas perfectas y lisas hasta llegar una cintura pequeña, pero no excesivamente. Sus ojos eran preciosos, tan preciosos que el color se perdía en ellos. Sus finos labios invitaban al deseo, cada movimiento que realizaban para liberar una palabra de esa fantástica melodía era un sinfín de placer adicional para mí. Su pelo era largo y oscuro, como el bosque más misterioso, bosque en el que quieres perderte para no salir nunca más. Durante los 30 segundos finales de la canción soñé con una vida junto a ella, unos besos cantados y escribir en una partitura el resto de nuestras vidas. Durante la coda supliqué al mundo que no terminara esa canción, lloré y pataleé como un niño que no quiere soltar su juguete. Finalmente terminó. Estaba vacío. Abandoné mi posición arrodillada y salí  de esa tienda bajo las miradas sorprendidas de la gente. Salí del centro comercial, andé todo recto, abandoné el coche en el aparcamiento y me fui alejando por la calle asfaltada, bajo el sol de verano, ajeno a la gente que caminaba a mi alrededor y despreciando la existencia de todos los que no eran yo y mi Diosa.

05 julio 2011

Pensamientos

Dos hombres cruzan sus miradas.Sus pupilas, unas verdes y las otras azules, se conectan durante unos segundos, segundos que para ellos transcurren como si de horas se tratase. Tras las pupilas verdes circulan pensamientos de guerra, ese chico ya está limpiando su fusil y desenvainando su espada a la vez que grita en silencio a los cielos y a los mares clamando el poder de Ares, dios de la guerra. Tras las pupilas azules se esconde deseo, deseo por esas pupilas verdes y salvajes, ese pelo negro y alborotado, esa barba de tres días y esa boca que respira furiosa pasión. Los ojos verdes piensan: Éste busca guerra; si me toca, me encontrará. Los azules piensan: uniría nuestros mundos en uno solo, con el choque de los cuerpos excitados, respirando un mismo aire, cumpliendo un mismo deseo.

30 junio 2011

Sin tiempo vivo, con tiempo muero

¿Que es el tiempo? Para la mayoría de la gente es cada instante que transcurre de la vida, cada momento vivido y cada momento que queda atrás; para muchos el tiempo es organización, una forma de medir algo infinito como es la vida, un instrumento de desarrollo de la civilización. Para unos el tiempo es libertad, disfrute, gozo y pasión; para otros el tiempo es tristeza, tortura, desolación. Para mí el tiempo es un juego y vosotros, queridos lectores, sois las piezas de mi juguete.
A las ocho de la mañana las agujas del reloj no se mueven, las nubes parecen estar fijas en el cielo, las plantas no crecen y los animales no se mueven. Un hombre permanece inmóvil entre el almacén y su camioneta con un saco a la espalda, una mujer prepara el desayuno para su novia pero la acción es eterna, ya que no se mueve. Por la calle camino tranquilo y con determinación escojo mi camino. Nada se mueve, solo yo. Todo el mundo es  lo que yo quiera y nadie se entera. Quizás os estáis asustando pensando en lo que os puedo hacer, no os preocupéis. Como cada mañana corrí hacia mi destino, no tenía aprisa, no avanzaba el tiempo, pero yo corría igual, la  quería ver cuando más pronto posible. Así es, amigos, mi deseo no es causaros el más mínimo daño, tan solo quiero llegar a las puertas de su casa y verla quieta, esperando a su amiga. Me llamaréis loco pero que perfección alcanza lo inmóvil. Y todos los días a las ocho de la mañana lo mismo, ver su fina tez, blanca piel, su pelo moreno y brillante, sus labios perfectos y finos y su cuerpo, que cuerpo, reencarnación mejorada de la propia Venus. Y todas las mañanas horas y horas que no pasan observando, yo no envejezco ya que el tiempo tampoco pasa para mí. En ocasiones he perdido la cuenta de lo que sería el tiempo real, pero he llegado a meses. A veces incluso me atrevo a hablarle, pero nunca me he atrevido a tocarla. Y cuando me canso vuelvo a casa, cierro los ojos y chasco los dedos. Todo vuelve a la normalidad a la vez que mis lágrimas inician una carrera por mis mejillas.
El hombre continuará cargando sus sacos a la camioneta, la mujer preparará el desayuno a su novia y yo volveré a ser invisible, a pasar por su lado y llorar hacia dentro, a adorarla en silencio mientras pasa el tiempo, a esperar a las ocho para poder volver a ser feliz.

19 junio 2011

El crecer amargo

Sin la luz de las farolas la noche era muy oscura. En el cielo la oscuridad bailaba infinita alrededor de una Luna plena y redonda que cambiaba su aspecto de un blanco tan puro como la sotana de Dios a un rojo furioso como el aire que respira Belcebú; quizá nuestro astro elegante por antonomasia quería decirnos algo. 
Contemplé semejante espectáculo desde la inmensa higuera que yacía más de una década al borde del camino. Ésta parecía flotar en la oscuridad y yo a su vez flotaba en su interior empapado de mis pensamientos. Contrastaba la oscura noche con la claridad de lo que en mi mente acaecía. En mi mente recordaba las risas desenfadadas de unos niños inocentes que corrían ajenos a los problemas de la gente. Que feliz se era entonces, sin éticas ni nociones de justicias, sin preocupaciones de un mundo que no funciona, sin dolor provocado por ver cosas que no me deberían importan, pero me importan. Que bonito era correr y no preocuparte de lo que eres, que bien se vivía sin agonizar por las ideas de un ser humano. 
Ahí, entre los matorrales maltratados por el sol, estaba mi yo feliz. Ese niño jugaba con arcos sin cuerdas y sin flechas y espadas que ni tenían hoja ni tenían filo. Mentalmente me acerco a ese niño, le miro a los ojos, no me veo reflejado, no me encuentro. Pongo mi mano en su cabeza, cierro mis ojos y le digo:
-Lo siento pequeño, como me ves serás, y por ser así sufrirás. Perdóname.
A continuación abrí los ojos, esperé su readaptación a la oscuridad y me levanté. Salí de la higuera y retomé el camino hasta mi casa, cruzando el parque donde aún correteaban algunos niños felices; más arriba la Luna volvió a su blanco estado habitual mientras yo había mi puerta, me acostaba y deseaba que mejore la existencia.

07 junio 2011

La monarquía es de locos

14-XI-2020




9 a.m. Me han encerrado en este puto psiquiátrico por mostrar mis ideas. Visto esto, he perdido toda fe en la humanidad. ¿Dónde quedaron las protestas? Para nada sirvieron, ahora, en el 2020, la monarquía está más feroz que nunca. Y aquí estoy, por intentar detener esa monarquía absoluta.

12 a.m. Si piensan que por encerrarme en esta habitación blanca con una camisa de fuerza van a callarme están muy equivocados, saldré de aquí y acabaré con está supresión de libertad.

6 p.m. Me duele la barriga, que mierda de comida me han dado. Aún no sé que coño era lo que he comido pero me arde el estómago y nadie me hace caso.

4 a.m No puedo dormir, no he hecho nada en todo el día y no estoy cansado. No poder dormir me angustia.


21-XI-2020




9 a.m Otra noche sin dormir. No puedo más, intento no llorar, pero cuando veo las cuatro blancas paredes y que no puedo moverme deseo morir con todas mis fuerzas.

12 a.m Con fuerzas o sin ellas no olvidaré mis principios, ¿¡Me oís, cabrones?! ¡Liberté, egalité, fraternité! ¡Traidores, lameculos, hijos de puta! ¡Cuando salga os arrepentiréis de esto!

6 p.m. Que bonito es el mundo. Que hermosa esa mariposa que bailarina y juguetona se posa en mi ventana. Que hermoso el prado que se extiende infinito más allá del cristal. Que hermoso el sol que brilla contento y alegre, conforme con el mundo actual. Esa pastilla para el dolor de estómago me ha aliviado mucho, amo este lugar.

4 a.m -------Duerme------


28-XI-2020




9 a.m Tengo un plan para salir de aquí, seguro que no saben nada. ¡Ja ja ja!

12 a.m. Ya está apunto de llegar la comida, ¡todo saldrá bien!

6 p.m. No se han dado cuenta. Me he quedado el último bocado y lo he echado en una esquina de la habitación. Cuando tenga un montón suficiente grande soplaré y al caer haré un agujero en la pared. Entonces saldré, no hay fracaso posible.

4 a.m Las paredes blancas de noche, a mis ojos, son oscuras, pero siguen siendo blancas.


5-XII-2020




9 a.m. Quiero ayudar a la gente. Quiero libertad, lo mejor para todos. República, república, república, república.

12 a.m. ...República, república, república, república...

6 p.m. Seguro que el mundo ya está hecho un caso ahí fuera. El mundo no vivirá reprimido. ¡Luchad, hermanos, luchad!

4 a.m. Mamá, tengo miedo, está oscuro. Quiero volver a dormirme en tu regazo, cuidamé mamita, cuidamé.


5-XII-2021




9 a.m. ¡Eh! ¿Tú que haces aquí? Te han dejado entrar por la cara, por ser el rey de España, maldito seas Felipe VI.

12 a.m. Pues sí que tienes razón, me has convencido, tus argumentos son tan arrolladores que no necesitan ninguna aprobación del pueblo, me has hecho ver la grandeza de la monarquía . Si el poder te lo ha dado Dios no tengo nada que decir, mereces ser amo y señor absoluto de esta España descarriada.

6 p.m. Cantemos juntos, mi señor:  Viva la monarquía,
                                                     modelo de vida a seguiiiir,
                                                     azote de bonanza,
                                                     cástigo de débiles,
                                                    mandato para poderosooos
                                                  ¡VIVA LA MONARQUÍA!


4 a.m. No se vaya señor, le quiero. No, ya está, ha desaparecido, ha debido hacer uso de sus poderes divinos porque en un pestañeo lo he perdido de vista. Que suerte que me ha sacado de mi mala antigua locura y ahora que estoy cuerdo apoyo al régimen correcto.

29 mayo 2011

Marta

Encima de la estrecha calle se extendía un cielo infinito en cual nadaban las estrellas, bailando con la luna, ajenas a la crueldad de la historia que más abajo, en la Tierra, en ese mismo callejón, iba a ocurrir. Subía la calle ligeramente inclinada una mujer, debía alcanzar ya la treintena, vestía unos zapatos fucsia, una minifalda rosa y unas medias azul celeste; su camisa era sin mangas y de color verde; lucía un pelo corto y rizado. Estaba llegando al final de la calle, en la esquina una mujer esperaba firme alguna cosa. La mujer pasó por delante de la chica de la esquina, percatándose de que era un prostituta, y le brindó una distinguida mirada de desprecio y asco. La malvestida mujer prosiguió su camino, manteniendo el rumbo fijo, con sus andares provocativos. Más atrás quedó la prostituta. Era una mujer joven, de unos 33 años. Iba vestida provocadoramente. Su cara era una  hermosa bandera de japón, su cara emblanquecida por polvos de talco y sus labios rojos, rojos como la sangre, sangre que aceleraba su velocidad de circulación a medida que a ella se acercaba un hombre.
El tiempo no pasaba en el asiento trasero de ese cutre coche. Ella le hacía una felación a su cliente con suma profesionalidad, sin embargo, su mente no estaba allí, su mente recordaba los días en los cuales era una niña soñadora, con ilusión, futuro y objetivos en la vida. Su vida se desplazaba por una recta ascendente pero un día, sus padres murieron. Ella quedó en manos de su tío Galindo, o como el se autodenominaba, hijo de la patria y leal defensor del generalísimo Francisco Franco. Más de una paliza le costó mostrar sus ideas que, según su tío, eran propias de quemaconventos, comunistas y terroristas. Un día se escapó para ir a ninguna parte. Desde los 17 años se dedicó a coger experiencia como prostituta. Para comer algo decente primero debía comer lo indecente. A menudo solía subir a la montaña y construir ciudades a las hormigas, eso le hacía creer que controlaba algo de su vida. Hacía todo lo posible para salir de esa espiral que estaba destruyendo su vida, pero cada vez que conseguía algo, el vodka de tres euros de Mercadona destruía su vida de nuevo. Y allí estaba de nuevo, en la calle, sentada en una esquina; la gente la mira, la ignora; muchos la desprecian; es una persona que muere poco a poco y fracasa; la Luna llora.

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" De la gracia creada por el roce de la rosa,
surge esta historia"


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25 mayo 2011

Soldados

Bajo el cielo las nubes grises pronosticaban un momento difícil. Era nubes densas y duras, sin piedad, con fuerza arrojaban sus lágrimas. Quizás las nubes no eran lo que decían en colegio, quizás no estaban compuestas de agua, partículas y gases, sino que eran almas que subían y se quedaban ahí, viendo el mundo en el que han vivido y en el que nunca más disfrutarán. Pero eso eran muchas suposiciones para hacerse entre metralla, balas y granadas. En una pequeña trinchera se encontraban dos soldaditos, valientes y duros. Atacaban y injuriaban con tesón y firmeza a los humanos enemigos. Su situación se mostró insostenible; tras un ataque enemigo se resguardaron en la trinchera. Sus respiraciones estaban aceleradas, la suciedad cubría sus caras y la tristeza de sentir el aliento de la Muerte en la nuca.
-Que poco nos queda -dijo con tono pesimista Pau.
-Sí -contestó tristemente Jordi.- ¿Recuerdas esos días por las calles de Valencia? ¿Nuestros besos, caricias y desos imposibles? Que grande era todo entonces, cuando el cielo era azul y el sol nos bronceaba en la Malvarosa; cuando nos sentábamos en un banco a comer pipas bajo el sol mediterráneo...
-Como no voy a recordar lo más feliz de mi vida...
El momento unió a los dos amantes en un beso sincero, duró apenas segundos pero entre las balas, la lluvia y el fuego pareció toda una eternidad.
No quiero que mueras -afirmó Pau.- Correré hacia los soldados y tu podrás huir mientras los distraigo.
-No podría vivir así.
-Debes hacerlo por mí, nos reuniremos en el cielo.
-Maldito inocente, ¿crees que Dios nos dejará entrar en el cielo? -ironizó Jordi.
-No te preocupes, haremos del infierno nuestro cielo.
Acto seguido Pau saltó de la trinchera y corrió hacia el bando enemigo, sin temor y convencido de lo que hacía. Las balas no tardaron en abrir las primeras brechas en su piel, hasta que tras 9 agujeros en su cuerpo, cayó. Mientras moría dibujó una sonrisa en su cara y dijo, te quiero, corre, haremos del infierno nuestro cielo. Tras pocos segundos murió. Metros atrás, en la trinchera, yacía el cuerpo de Jordi, muerto, muerto desde antes de que muriera Pau.
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24 mayo 2011

Desengaño de un cristiano

Había una vez en la Tierra un cristiano educado, bondadoso y amante del prójimo. Aunque creía en Dios era un hombre sabio. Durante su estancia en la Tierra fue la persona más educada, respetuosa y fiel a su dios del mundo. Rezaba todos los días, ayudaba a los demás y evitaba caer en las tentaciones; no bebía, no se drogaba, ni siquiera caía en la tentación más cristiana, es decir,  respetaba a los menores.
Llegó el día en el que murió, en su agonía post-mortem estaba muy tranquilo, pues sabía que iba a reunirse con Dios. Su mano perdía las fuerzas, su vista comenzó a nublarse, las primeras lágrimas llovían desde los ojos de la monja que delicadamente sostenía su mano, cayeron sus párpados, se cerraron las persianas de su vida. Su alma comenzó a separarse de su cuerpo, emprendió una suave subida entre pajaritos y nubes. Las puertas del cielo eran grandes y envueltas en un gigantesco arcoiris, arcoiris de solamente tres colores para evitar confusiones con la bandera homosexual, Dios está a la última. Para sorpresa del buen hombre, cuando llamó a las puertas del cielo nadie respondió, así que entró cuidadosamente. Recorrió los largos pasillos del palacio celestial pero no encontró nada ni nadie. Bueno, sí encontró algo, en una enorme habitación había una nevera con una nota pegada, en ella decía: "Bienvenido al cielo, ya hemos visto todas las películas de exorcismos, así que aquí arriba nos aburrimos. Para que te sientas como en la Tierra hemos hecho coalición con Satán, ahora nosotros nos encargamos de las torturas, por la experiencia y eso... Píllate unas birras y ven al inframundo, en el aburrido cielo ya no queda ni Dios."


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21 mayo 2011

Nuestra sociedad

Y de un pueblo consciente y que aprende
nacen los hombres del mañana,
con nuevos valores y lealtad,
nuestra bandera, la libertad.

Y todos juntos a una voz,
todos juntos, amigos, gritamos,
por la justicia bajo valores actuamos,
como en Francia, liberté, egalité, fraternité.

Antes moriremos en la justicia
que viviremos en la corrupción.

Si una cosa está clara es
que sin dudarlo, en la bandera llevaremos:
siempre libres, siempre juntos,
con respeto y libertad, reinaremos.

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18 mayo 2011

Un regalo marciano

-¡Papá, papá! -gritaba el pequeño marciano efusivamente-. ¿Qué regalo me has traído de tu viaje?
-Hijo mío, no fui de viaje a la Tierra por diversión, tuve trabajo y no tuve demasiado tiempo libre para ir de compras, -dijo sin sentenciar- sin embargo, conseguí hacerme un hueco para traerle algo a mi precioso chiquitín.
La cara que en la primera parte de la oración había palidecido recobró su color con más ilusión y fuerza que anteriormente.
-Venga papá, ¡dámelo!- suplicó nerviosamente.
Está bien -respondió mientras hacía un gesto a su robot para que le trajera el regalo.
El pequeño pero fuerte robot salió por la puerta y en pocos segundos ya estaba entrando por la puerta con una enorme caja el sus metálicos brazos. La casa era grande, sin distinción de habitaciones, solamente cuatro paredes de un material semejante a la madera en color pero de la dureza del metal. Las paredes se alzaban hasta los 3 metros y desde ese momento cambiaban su forma curvándose hacia dentro hasta que se unían las cuatro paredes semejándose a la forma de una flor cerrada.
El marcianito cogió el pomo de la caja y tiró de él con fuerza. Se levanto polvo procedente del interior de la caja, polvo que fue inmediatamente desintegrado por un insecto volador y diminuto que destrozó la nube de polvo mediante rayos rojos y verdes. En el fondo de la oscura caja algo se movía, la oscuridad no permitía ver del todo que ser se encontraba en su interior hasta que el espécimen salió de la caja. Era un ser de un metro 80 apróximadamente. Estaba totalmente desnudo, su piel era blanca como la arena de la playa de la sexta galaxia, su cabello era negro como la el sol nocturno de Júpiter, caminaba erguido, sus piernas eran largas y sus labios finos y de un color rojizo. Los labios de dicho animal se abrieron y dijo:
-No se puede tratar así a un ser humano, no hay derecho -dijo tristemente el animal-.
-¡Si además canta con un alegre sonido! Me encanta el regalo papa.
-Todo es poco para mi hijo. Los había negritos, con los ojos cerraditos, grandes, pequeños, con distintos tipos de pelo con diferente color. Pero finalmente traje este.
-Gracias, te quiero, papá.
Y desde ese momento, la familia marciana vivió más unida y feliz que nunca. Pronto enseñaron al bichejo a comer las sobras de la familia y a jugar con el marcianito sin hacerle daño. La única pega fue que con el tiempo se cansó de cantar, solamente sudaba por los ojos de vez en cuando, pero el pequeño marciano lo quiso igual.

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13 mayo 2011

Realidad

Era la típica tarde de primavera. Los niños corrían por el parque que hay cercano en mi casa mientras sus voces infantiles y chillonas se colaban por la ventana hasta que llegaban a mis oídos frases como tú la puertas, eso no vale o se lo voy a decir a tu mamá. Mientras esto sucedía en el exterior, en mi casa yo entré a la ducha. Hacía calor, puse el agua lo más caliente que mi piel pudo soportar, me encanta el agua caliente, a pesar del calor primaveral. Las gotas empezaron a salir en forma de agujas líquidas que se estrellaban fugazmente contra mi espalda; envidio absolutamente a esas gotas, nacen débiles, tienen una vida fuerte pero efímera, sin llegar a conocer los fondos de cloaca que tiene esta vida, y acaban estrellándose, muriendo rápidamente, y una vez muertas sin dolor alguno se vuelven nuevamente débiles y sus cadáveres se unen en mi espalda hasta que van cayendo, deslizándose hasta que llegan a su tumba circular. El baño empezaba a llenarse del agradable vapor de agua, ese vapor que sube lentamente, te aísla del mundo y te trae a esa nube donde tan fácil es pensar. Cierro los ojos, las gotas acarician y miman mis párpados, mente y cuerpo se separan, paz absoluta. De repente un ruido estorbó mi estado de paz; abrí los ojos y a través del vapor conseguí divisar la puerta, cerrada, yo lo había dejado abierta. Se sucedían los ruidos, avancé hacia la puerta, pensé, temí, respiré, no parpadee y entonces, estaba ante la puerta. Nunca había recordado la puerta tan grande robusta y a la vez débil y perfectamente atravesable. Tenía miedo. Apoyé mi cabeza entre el marco, suspiré por la pequeña separación entre el marco y la puerta, alguien parece contestarme del otro lado con otro respiro. Finalmente me armé de un falso valor, valor que no estaba ni en mí ni en el baño, y abrí la puerta lentamente como si esperará que de un momento a otro una fuerza infinita y sobrenatural acabará brutalmente con mi vida, pero no fue así. Solamente había vacío, vacío y la iluminada oscuridad que lanzan las persianas; ya no habían gritos infantiles, añoraba los gritos del tú la puertas, me hacían sentir a salvo. Avancé con cautela y desconfiado hacia mi habitación, a paso, sin prisa, y cuando llegué un viejo estaba sentado en el centro de mi habitación. Una extraña luz dorada iluminaba la habitación. El viejo era un hombre perfectamente afeitado, vestido con un fin y elegante vestido negro con una corbata habitada. Sus zapatos relucían como un espejo. 
Sus labios se abrieron y empezó a hablar.
Bienvenido en el mundo real, el mundo de los sueños te tiene absorbido, ya nunca te pasas por aquí -dijo tranquilamente.
Te conozco? -pregunté con una sensación de ya conocer a ese señor.
Siempre igual, te haré la habitual charla -dijo cargándose de paciencia- Eras un nahumeno, somos nahumenos. Tú sufres una enfermedad que te impide recordar tus regresos en el mundo real, sin embargo, recuerdas con total realidad tus sueños, por eso creas que eres un humano.
Quería negar esa explicación pero los argumentos del octogenario no me resultaron extraños, sino que los asimilé.
Y existe solución para mi enfermedad? - pregunté.
Lo estamos investigando, ahora me tengo que ir, volveremos a hablar -sentenció el viejo.
Parpadeo y el agua continuaba con sus intentos de agujerear mi piel. Salí de la ducha, me sequé y salí por la puerta, abierta. Al pasillo las voces de los niños se abrían entre el viento. Todo va volver a la normalidad, exceptuando que ahora recuerdo mi historia. Algo tiene que ir mal, quizás hayan encontrado cura para mi enfermedad -me dije.
Desde ese momento repetí esa ducha millones a veces con la esperanza de volver a mi vida, pero nunca ocurrió. Ahora solamente puedo ser un solitario nahumeno en un mundo de humanos.
Después de la historia el señor de la bata blanca asintió y me dijo: Tranquilo, volverás. Me dio una pastilla y me devolvió a mi blanca, vacía y blanda habitación donde me dicen que algún día volverá ese viejo señor. Todavía albergo la esperanza, no estoy molesto, sólo echo de menos una camisa de mi talla, esta que me dijeron que llevan los nahumenos no me deja mover los brazos.


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08 mayo 2011

Recuerdos del silencio

El cielo estaba negro pero lo que entristecía el día era el silencio; el mar negro y bravo chocaba ferozmente contra las rocas de la costa, pero lo que destrozaba el día era el silencio. ¿Dónde quedaron los días en los que había sueños y ilusiones? No lo recordaba, ni siquiera recordaba que había cenado el día anterior, solo recordaba el silencio. A la luz de la luna la gente normal dormía, pero él no podía cerrar los ojos. Ella lo abandonó y se llevó sus párpados para que la recordara por siempre jamás, pero él no la recordaba, solo recordaba el silencio. Era un silencio transparente, mudo, de estos silencios que te llenan de tristeza, tristeza que te cala en los huesos, como el frío de la noche del Mediterráneo; así era su silencio.
¿Dónde quedaron los días en los que la fama habitaba en sus excelentes obras? No lo recordaba. Ahora solo mojaba su pluma en el tintero, sí, era así de arcaico, y se disponía a escribir las últimas palabras de su carrera, carrera que es su vida, porque después solamente observaría como llora el cielo y como se enfada el mar. Cogió su libreta y empezó a escribir, y decía así...
...El cielo estaba negro, pero...


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06 mayo 2011

Un viaje a la Tierra

Y la Luna se abrió. De ella surgió lo más bonito que los ojos de un ser humano han podido ver. Todo cambió desde ese momento. Los años no pasaron del 2020, los calendarios ya no tenían importancia; el cielo brillaba con un azul de pureza semejante al blanco; las nubes eran esponjosas como el colchón más agradable del mundo; el agua corría más rauda y limpia que nunca; las guerras terminaron; ya nadie lloraba; todos sucumbieron a la belleza del interior de la Luna.
Un día de un mes de un año posterior al 2020, en las orillas de una hermosa playa, aterrizó una nave procedente de Júpiter. De ella desembarcó Larvec, presidente de Júpiter, el planeta del cual cuando se abrió surgió el resto del universo. Vino a observar a estas criaturas ante las cuales la Luna, la maravilla más preciada por el resto de los planetas, se habia abierto. No comprendía porque se había abierto ante estos seres y no ante Júpiter, el planeta más grande; Marte, donde habitan los más hábiles guerreros del universo; Neptuno, el planeta que manda sobre todos los océanos o Venus, el planeta más bello que nunca ha existido.
Durante su estancia en la Tierra vió que todos se llevaban bien gracias a la magia de la Luna. Las peleas no existían, se bastaban sin partidos políticos y sin policía, todos cumplían las reglas, todos trabajaban para todos y nadie era egoísta. Al ver esto Larvec se dió cuenta de lo que sucedía y organizó un congreso interplanetario para comunicar a los países el porque de la apertura de la Luna a los humanos.
-Amigos -comenzó su discurso Larvec- Os he reunido para responder a la cuestión que más os ha inquietado desde hace mucho. En mi viaje a la Tierra he apreciado la perfección, son los seres más espléndidos que he visto, todo esto por el efecto de la Luna claro. Me paré a reflexionar y pensé porque se le otorgó este enorme privilegio a una raza cruel, egoísta, mezquina, deleznable, interesada... Y ya lo tengo claro, la Luna es sabia. No es un privilegio, sino un castigo. Tras observar su actitud vi a los seres más aburridos del universo, su perfección es más soporífera que el propio discurso del rey de ese país terrícola llamado España. ¡Por Júpiter! Si tienen hasta una cantidad limitada de alcohol que pueden ingerir, las parejas están felizmente casadas, ¡casadas! Pasan toda la vida junto a la misma mujer. Eso es amigos, la mediocridad de esa raza les ha condenado a la perfección. Rezemos y seamos simplemente correctos, que mejores son millones de años siendo rigurosamente correctos, que no perfectos, que unos cuantos millones de desfase y estar condenados el resto de la existencia a la perfección.

03 mayo 2011

Historia de una vida perdida (1 de 7 partes)

Sigue muriendo a ritmo de procesión, poco a poco, alargando el sufrimiento lo máximo posible. La primera herida está en su gemelo izquierdo. Esta herida cuenta la primera historia, que dice...
...Era yo un niño inocente, ignorante, féliz. Corría por los campos que se sucedían bajo mis pies. Era una parte más de la naturaleza, ella me amaba y yo a ella también. Pero algo sucedió, algo que no me dejó continuar siendo niño, algo que me arrojó a la dura vida sin tener en cuenta mi condición de infante de 6 años.
Un día de agosto, de esos en los que no hay colegio, iba yo vestido con mis pantaloncitos cortos y mi camiseta roja con dibujos de mi personaje animado preferido. De repente, un coche se situó a mi lado y me dijo que si me gustaban los caramelos, a lo que yo dije que sí efusivamente, me encantaban los caramelos. Subí a su coche y me llevó a una cabaña ruinosa situada a las afueras. Al entrar a su casa me cogió y me arrojó a un colchón situado en el suelo. Asustado y confuso le dije que me tenía que ir pero me dijo que esperara, que cuando me diera el caramelo me podría ir. Me obligó a hacerle una felación al ritmo que él marcaba, en el momento que paraba me propinaba puñetazos. Cuando me ordenó parar no fue para que me fuera. Me cogió de las caderas y me puso boca arriba, con mis pequeñas piernas abiertas y poco a poco introdujo su pene en mi ano. Me dolía, lloré, supliqué, rogué, le maldije infantilmente. Mientras tanto él reía y gozaba, su placer se disparaba, notaba su respiración y sus pulsaciones cada vez más aceleradas. Finalmente eyaculó dentro de mí. Me llevó a un solar cercano a mi casa donde apenas pasaba gente y me dejó allí. Cuando mis padres me encontraron lloraron y blasfemaron ante ese dios que tan bonito mundo ha creado. Nunca volvió a ser lo mismo, mis padres nunca me trataron igual, quizás en parte, porque a partir de ese momento nunca volví a ser el mismo, ya no me gustaban los caramelos.

30 abril 2011

Historia de una vida perdida (Introducción de 7 partes)

Encima de la cama yace tumbada mientras muere, llora, sufre, se tortura, reza al dios en el que nunca ha creído. Está quieta, piensa pero no habla, baila, sin moverse, sobre los pedazos del fracaso de su vida precaria. Levanta con esfuerzo los párpados, mira las hélices del ventilador, giran, raudas y infinitas, dibujando una circunferencia que nunca ha existido. Quiere pensar pero no puede, el alcohol corre por sus venas junto a las drogas. Procedente de los fondos del sitio en el que está llegan notas de una canción desesperada, las notas cortan su débil tez, le susurran al oído pero ella no las oye. Mueve los labios secos, finos, blancos como la muerte, fríos como el ártico, desoladores, se mueven al ritmo de una música que no existe intentando descubrir una fórmula mágica que se la lleve, al cielo o a la tierra, pero que la saque del infierno que ha creado en su vida. Y mira hasta donde el mugroso techo le permite. Sus ojos son azules, vacíos, empapados de sangre que llora al no quedarle más lágrimas. En sus brazos se suceden numerosos agujeros de cuchillazos, profundos, sangrantes, desprenden olor a putrefacción, bonitos.
Cada herida cuenta una historia, siete heridas, siete historias, historias que al mismo ritmo que ella muere irán publicándose en las tristes páginas de este blog.

25 abril 2011

Historia de una noche accidentada

Fuera mueren las gotas
estrellándose contra el asfalto.
El cielo llora triste y oscuro,
la sonora lluvia cae hasta el fin de mi mundo.

Dentro el silencio come mi vida,
marchita, cual lince sin vista.
Duele pensar en lo que deseas ser
y quizás nunca serás.

En la estancia sellada se cuela
el viento. En mi interior
solamente miedo. Los sonidos
que no existen, en mi cabeza son
aterradores. A priori solo muebles
y restos de alcohol, desde mis ojos
asesinos y terror.
Hay una sombra a mi derecha,
algo punza mi nuca,
algo muerde mi pierna.
Abro los ojos, solamente veo vacío.
En la estancia reina el frío.
Dije: "Antes de que él me mate
lo haré yo".
Minutos más tarde mi cuerpo
yacía muerto y tranquilo.

¿Un asesino quizás?
No lo sé.
Lo único que sé con certeza
es que lo me mató fue mi cabeza.

14 abril 2011

La nostra societat

I d'un poble conscient i que aprén
sortim els homes del demà,
amb valors renovats i lleials,
la nostra bandera, la llibertat.

I tots junts a una veu,
tots junts, germans, cridem,
per la justícia actuem baix uns valors,
com a Fança, liberté, egalité, fraternité*.

Abans morirem en la justícia
que viurem en la corrupció.

Si alguna cosa està clara es
que sens dubte, en la bandera portarem:
sempre lliures, sempre junts,
amb el respecte i la llibertat, regnarem.

*Liberté, legalité, fraternité= Llibertat, igualtat, fraternitat.

Açó va dedicat a algú especial que hui compleix anys, espere que es done per eludit, D.F.S

29 marzo 2011

Ira

Sentimiento infinito por las venas
deseo asesino incorruptible.
Maldigo y odio la existencia.
Maldigo todo aquello que osa
respirar. Y espero sentado una
colisión de asteroides que causen
un agujero espacial y que absorba
todas las estrellas que hoy, maldito día,
osan brillar.
Y deseo la muerte de todo cuanto respire,
deseo la explosión de todo el mundo y
morir felizmente junto a la cabeza despedazada
y los restos de vísceras derramadas de los
malditos seres que no dejan ser feliz.
Y ojalá termine la existencia y
se libre de esta maldita tortura
que es darte la felicidad y luego,
dejarte muerto como a la basura.

Nietzsche dijo: "La tierra tiene una piel, y esa piel tiene enfermedades. Una de esas enfermedades se llama hombre."

27 marzo 2011

El viejo, el joven y la confianza.

-Chico, escucha lo que te voy a decir,no confíes en nadie, ese es el mayor problema del hombre
-La confianza confirma que un hombre es hombre y no que un hombre es robot.-afirmó furiosamente
-Mira chico, 1000 mujeres pasaron por mi cama y de ellas 900 eran putas y las otras cien putas y mentirosas. El tamaño sí les importa pero no el de tu miembro sino el de la cartera. Puedes pensar que es la mujer de tu vida, que nunca volverás a follarte ninguna más, pero un día volverás a casa, la miraras a los ojos y no verás más que cristal vació, y dentro de el vacío mentiras y maldad, y detrás de esto también verás que es una puta.
No me seas hipócrita viejo-dijo sin enfadarse- No obedeceré a los consejos de un borracho cuya máxima felicidad es otorgada por un vaso de güisqui barato.
-No ves con claridad las cosas, siéntate y bebe un trago-dijo dándole un vaso-Confía en mi.
Las copas se sucedieron  y el viejo no sucumbió a las maldades del alcohol, todo lo contrario que el joven cuyas fuerzas estaban diluidas en el vaso de güisqui.
-Chico, toca lección de vida, lección que no vas a olvidar.
El viejo se levanto y lanzó un puñetazo al joven que cayo a tierra  escupiendo un río de sangre y saliva con algún trozo de diente. Se bajó la cremallera y arrancó los pantalones del joven. Sin piedad introdujo su miembro, viejo y arrugado, por su ano. Mientras tanto le propinaba puñetazos al chico y soltaba palabras al viento que se confundían con los gritos de dolor.
-Chico, la confianza es el peor enemigo del hombre. Era hora que aprendieras esto, por las buenas o por las malas, en este caso por las buenas chaval.
-Déjame-suplicó como pudo el chico
-Cuando termine te dejaré, esto no lo olvidaras, chico, la curiosidad no mató al gato, fue la confianza. Lección de vida.

11 marzo 2011

Brinda per mi sols amb els ulls

Abans de causar confusions, aquests magnífics versos no son de la meua creació, però degut al nivell que desprenen he decidit traduir-lo a la nostra llengua i al castellà.
ANGLÉS

Drink to me only with thine eyes,
     And I will pledge with mine;
Or leave a kiss within the cup
     And I'll not ask for wine.
The thirst that from the soul doth rise
     Doth ask a drink divine;
But might I of Jove*'s nectar sup,
     I would not change for thine.

I sent thee late a rosy wreath,
     Not so much honouring thee
As giving it a hope that there
     It could not withered be;
But thou thereon didst only breathe,
     And sent'st it back to me;
Since when it grows, and smells, I swear,
     Not of itself but thee!



CASTELLÀ

 Brinda por mí sólo con los ojos
Y yo haré un brindis con los míos,
O soltaré un beso en la copa,
Y no pediré más vino.
La sed que nace del alma
Reclama un vino divino,
Y aunque pudiese beber el néctar de Jove*,
No lo cambiaría por el tuyo.

Una guirnalda de flores te fue enviada,
No tanto para honrarte
Sino para darle la esperanza
de que no se marchitara;
Más sobre ella apenas respiraste
Y la enviaste de nuevo hacia mí;
Desde entonces crece y huele, lo juro,
no a sí misma, sino a tí.


VALENCIÀ

Brinda per mi sols amb els ulls
I jo faré un brindis amb els meus,
O soltaré un bes en la copa,
i no demanaré més vi.
La set que naix de l'ànima
reclama un vi diví,
i encara que poguera beure el nèctar de Jove*,
no el canviaria pel teu.

Una garlanda de flors et fou enviada,
no tant per honrar-te 
sinó per a donar-li l'esperança 
de que no es marcira;
però sobre ella apenes respirares
i la enviares novament fins a mi;
des de eixe moment creix i fa olor, ho jure,
no a ella mateixa, sinó a tu.


*Jove=Júpiter

05 marzo 2011

Oda a la nostra terra

Perdona'm per tot açò,
de debò et dic que jo no volia
que tot açò fora mentida, i et deia:
No tornarà a pasar, no ho farà...

Sent haver-te de suplicar, 
suplicar perquè em perdones,
no ho tornaré a fer mare, no ho faré...

I cada vegada plores més,
som fills teus i et maltractem,
som fills teus i t'oblidem,
ho sent mare Terra, jo no volia...

La teva mirada cega es esgarrifant,
sofreixes i intentes no suplicar la mort,
tu vas morint i la gent no se n'adona.

Et demane pietat, per a mi el primer,
t'hem fet morir, jo el primer,
ara em disculpe mare, però 
ho tornarem a fer, i jo el primer.

No et mereixem mare, para de sofrir
i deixa't morir. Quan no estigues
la gent se'n penedirà,
però ja serà masa tard, adéu mare.

27 febrero 2011

La malvada criatura.

Dicen las leyendas de una cultura que solamente de oídas conozco que hace ya unos cuantos siglos existían unas criaturas que propagaban el terror allí donde habitaban. Estas criaturas son hijas de brujas cuya característica principal es que lucen una larga y frondosa blanca cabellera.
Esta historia es la de un hombre, un hombre que vivía en el centro de un bosque con la única compañía de nadie. Un día fue al mercado y allí vio una bella yegua plateada y tanto fue la necesidad para desplazarse como la perfección de dicho animal que decidió adquirirla. Volvió a casa cabalgando como el más poderoso de los caballeros, llegó, abasteció a la bellísima yegua de comida y finalmente se fue a dormir. Con el tiempo no pudo evitar hacerse inseparable de la yegua a la cual aprendió a amar por encima de el mismo pero todo no iba tan bien. Ya varias noches se sucedían en las cuales el hombre no podía dormir plácidamente ya que en sueños se le aparecía la temida criatura de blancos cabellos y le hacia todo tipo de torturas hasta que despertaba. Tanto era el terror y la angustia de este buen hombre que no pudo evitar coger su amada yegua y partir, partir sin tumbo y huir de ese lugar. Cabalgó y cabalgó sin descanso, por montes, ríos y praderas hasta que por una parte el cansancio de la yegua y por otro que la noche ya llegaba decidió pedir hospedaje a un leñador de la zona el cual aceptó. El hombre pensaba que por fin había escapado de su tortura, la maldita criatura, pero no fue así. Esa noche volvió a pasar lo mismo de siempre y no pudo evitar gritar en sueños lo cual atrajo al leñador. El leñador entro asustado con su hacha y allí vio la criatura besando al hombre y no permitiéndole respirar lo cual provocaba el malestar y los sollozos del buen hombre. El leñador sin dudar partió a la criatura de un hachazo acabando con el terror del hombre el cual durmió el resto de la noche plácidamente. Al día siguiente el hombre salió fuera y vio allí su yegua, partida en dos trozos, y él, destrozado, comprendió que la horrible criatura en realidad era su más amado bien, su yegua. Y viendo que había perdido su motivo de vida se mató a el mismo creyendo que nada que ocurriera le haría continuar viviendo.
Al morir el hombre la malvada criatura vio hecho su objetivo y la alma que continuaba viva en el cuerpo muerto se fue al infierno para volver en forma de bruja, bruja que tendría una hija que otra historia similar empezará.

03 febrero 2011

El dolor del tiempo.

¿ Por que tenía que pasar?
Maldita tortura es verte así
¿Que hemos hecho mal,
para que esto te haya pasado?

Y me torturo sin piedad
intentando no olvidar
la voz que tanto me ha hecho sonreír
pero no puedo, no lo puedo recordar.

Y derramo lágrimas sobre los
recuerdos de tiempos mejores,
momentos junto a ti.

Y ¿dónde está el recuerdo
de tu voz o
la sonrisa de tu cara?
Solo recuerdo dolor.

Y muero por dentro porque
soy incapaz de recordar una palabra,
una sola,
que saliera de ti.

Y solo me queda llorar tristes palabras,
escribir penas y
hasta el último momento, estar junto a ti.

25 enero 2011

Odiar lo amado o amar lo odiado.

Frío al norte, al sud, al este y al oeste. Camino por las calles maltratadas por los años pasados que se reflejan en el desgastado pavimento. Con paso firme siembro el terror en las personas en las que pongo mis ojos. Esvástica en pecho hago la habitual ronda buscando escoria, esas razas inferiores que no merecen pisar el mismo suelo en el que yo camino. A lo lejos veo un grupo de gitanos, saco el puño americano y camino hacia ellos paulatinamente. Cuando estoy a pocos metros de ellos una fuerza invisible me frena, me paraliza mis piernas y me impide seguir caminando. Ante mis ojos la cumbre de la existencia, cenit de la creación de ese dios al que llaman omnipotente, conjunto de las sensaciones más gloriosas del universo, nubes de algodón transformadas en mujer. Piernas largas y perfectas propias del compás del mismísimo Da Vinci, cuerpo de balance perfecto, ni piel rellena de huesos ni cilindro de base ancha. Cara finísima de belleza incalculable, ojos profundos y penetrantes como los preciosos charcos que deja la tormenta más cruel y devastadora. Cabellos, ¡ay! que cabellos juguetones al aire y alegres danzarines.
Mi ira desaparece, Gandhi ha entrado en mi cuerpo, mis dedos cobran vida y dejan caer el puño americano al suelo como las hojas de los arboles en otoño. 
Y los días pasaron y aunque estaba enamorado de esa mujer no dejé mi grupo nazi, seguía siendo quien era. Y los días pasaban alegres, ella se enamoró de mi y yo la quería, pero pese a esto la hice cambiar y alejarse de su raza despreciable. Reprimí su acento, la hice operarse su nariz, le ordene que cortara sus cabellos. Ella obedeció ya que el amor pudo con sus costumbres. Pero un día nos miramos fijamente, inspeccioné su rostro y en ella no encontré nada de lo que me enamoró, solo sus ojos, el resto había desaparecido. Al intentar cambiar lo que odiaba para poder seguir amándolo terminé odiando lo que tanto había amado. Ya no sentía nada por ella y la dejé. 
Y ahora terminó de escribir esto con la esperanza de que alguien sepa apreciar lo que ama y no lo intente cambiar o de lo contrario terminará como yo, dentro de esta bañera escribiendo mis ultimas palabras antes de suicidarme porque en realidad ya estoy muerto, me mato el dolor del amor.
Y deja el diario al lado de la bañera, saca su cuchillo y desplaza el filo por su muñeca dejando atrás lo que más llegó a odiar, dejándose atrás a él mismo.

08 enero 2011

Entre baile y baile

Y entre el cielo y la tierra bailaré,
miraré con deseo cada fémina,
envidiaré las risas ajenas,
y entre baile y baile moriré.

Y entre el horizonte y el arcoiris bailaré,
anhelaré la diversión de los demás,
lloraré por el dolor olvidado e ignorado,
y entre baile y baile moriré.

Y entre el desierto y el mar bailaré,
desearé la fortuna de los afortunados,
lamentaré la pobreza de los desgraciados,
y entre baile y baile moriré.

Y entre el sufrir y el disfrute me hallo,
preocupado por lo uno y anhelando por lo otro,
y al fin, ni lo uno ni lo otro,
simplemente entre baile y baile moriré.


DEDICADO A A.P, UN GRAN AMIGO.